Se puede comenzar, por ejemplo:
- Respetando a quienes nos rodean, respetar a la Naturaleza, y también respetándote a ti mismo.
- Alégrate por cada cosa que hagas, como cocinar, caminar, limpiar, dar una sonrisa y también por cada aspecto que recibas de los demás.
- Agradece todo lo que veas, lo que sientas, lo que recibas.
- Valora a tu familia, amigos, compañeros de trabajo, atiende, escucha, enriquécete de todo conocimiento y aprendizaje que recibas día a día.
“La gratitud no solo es la más grande de las virtudes, sino que engendra todas las demás” -Cicerón-
Beneficios de expresar nuestra gratitud.
Expresar nuestra gratitud nos aporta una serie de beneficios como, por ejemplo:
- Pensar con gratitud nos ayuda a descubrir los aspectos positivos de la vida.
- La gratitud puede ayudar a fortalecer las relaciones personales con otras personas.
- La gratitud nos ayuda a afrontar mejorar la ansiedad y el estrés.
- Expresar la gratitud refuerza nuestra autoestima.
- Ser agradecido reduce las emociones negativas
¿Cómo ser más agradecidos?
En general, no le solemos dar importancia al acto de agradecer y tendemos a centrar nuestra atención en aquellas cosas de las que carecemos, olvidándonos del valor que tiene todo lo que nos rodea.
Para que la gratitud sea posible es necesario que se den tres condiciones:
- Es necesario que reconozcamos a quienes lo han hecho posible. Ese reconocimiento también puede ser hacia nosotros mismos por cómo somos, por nuestro esfuerzo y por las cosas que hemos conseguido.
- Tenemos que dar importancia o valor a lo que tenemos o hemos recibido.
- Se debe percibir aquello que hemos recibido como un regalo, es decir algo gratuito y desinteresado.
Vivir agradecidos es vivir muy cerca de la felicidad. Más que una virtud, o un valor, es una actitud frente a la vida. Solo se puede agradecer si se es humilde. Si se comprende que nadie nos debe nada, ni tiene la obligación de complacernos. Cuando entendemos eso, damos un gran paso hacia adelante.